Un día le conté a mi mamá una historia en Fleni, que no sabía si era un sueño o fue realidad.
Le conté que Jesús había puesto su mano en mi cuerpo y me había corrido para el otro asiento y que después allá arriba había hablado con él y me había preguntado que quería hacer si volver a la tierra o quedarme ahí donde estaba y me puse a pensar en mi familia y dije que me quedaba vivo.
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